Una corriente de brazos y de espaldas
nos encauza
y nos hace desembocar
bajo los abanicos,
las pipas,
los anteojos enormes
colgados en medio de la calle;
únicos testimonios de una raza
desaparecida de gigantes.
Sentados al borde de las sillas,
cual si fueran a dar un brinco
y ponerse a bailar,
los parroquianos de los cafés
aplauden la actividad del camarero,
mientras los limpiabotas les lustran los zapatos
hasta que pueda leerse
el anuncio de la corrida del domingo.
Con sus caras de mascarón de proa,
el habano hace las veces de bauprés,
los hacendados penetran
en los despachos de bebidas,
a muletear los argumentos
como si entraran a matar;
y acodados en los mostradores,
que simulan barreras,
brindan a la concurrencia
el miura disecado
que asoma la cabeza en la pared.
nos encauza
y nos hace desembocar
bajo los abanicos,
las pipas,
los anteojos enormes
colgados en medio de la calle;
únicos testimonios de una raza
desaparecida de gigantes.
Sentados al borde de las sillas,
cual si fueran a dar un brinco
y ponerse a bailar,
los parroquianos de los cafés
aplauden la actividad del camarero,
mientras los limpiabotas les lustran los zapatos
hasta que pueda leerse
el anuncio de la corrida del domingo.
Con sus caras de mascarón de proa,
el habano hace las veces de bauprés,
los hacendados penetran
en los despachos de bebidas,
a muletear los argumentos
como si entraran a matar;
y acodados en los mostradores,
que simulan barreras,
brindan a la concurrencia
el miura disecado
que asoma la cabeza en la pared.
Ceñidos en sus capas, como toreros,
los curas entran en las peluquerías
a afeitarse en cuatrocientos espejos a la vez,
y cuando salen a la calle
ya tienen una barba de tres días.
En los invernáculos
edificados por los círculos,
la pereza se da como en ninguna parte
y los socios la ingieren
con churros o con horchata,
para encallar en los sillones
sus abulias y sus laxitudes de fantoches.
Cada doscientos cuarenta y siete hombres,
trescientos doce curas
y doscientos noventa y tres soldados,
pasa una mujer.
Sevilla, abril, 1923.
Escrito de Oliverio Girondo, en Calcomanías. Imágenes de Lagrima Luna (Sevilla, abril 2008)
13 comentarios:
Esplendida poesía. Mucha fuerza y precisión siempre en Girondo. Además con un excelente toque de acompañamiento por tus fotos. Que bueno que hayas estado en esos lugares.
Luciano
Hermosa tu oportunidad de haber paseado esos lugares.
Un abrazo, Julián
Excelente forma de mostrar, Lagrima. Un abrazo, Elías
Buenísimas fotos.
Girondo, desde ya.
Estoy convencido de que nuestro sentimiento es un aparato convertidor apto para hacer que los escenarios salvados sean realidades propias en las que guardamos nuestros mejores frutos.
Un beso
La estética y el estudio, relacionando estos elementos como edificaciones verbales de altísimo vuelo poético y también como suma maciza de ideología y acción. Hermosa combinación, Lágri.
Un beso sabinero
Fotografías que exaltan el contenido explícito de la obra de Girondo con detalle impecable. Todo palpable. Abrazo grande
fenomenal
saludos
Girondo y tus fotos
es un combo muy bien pensado.
Me voy de acá considerándome un afortunado.
Un beso
El medio personifica los intereses de la sociedad y actúa ratificando las pautas ideológicas.
Excelente estructura.
fantàstica construcción
saludos
Andrè
geniales, un beso
carlos
muy bueno, muy bien pensado
un beso, lagrima
jorge
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