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Fotografías y Cadencias I. El Aura Rayuela




(el proyecto: saco fotos de a ratos, no soy fotógrafa. Pero, saco fotos de a ratos.
A veces estacionan un tiempo, otras las publico inmediatamente, otras las descarto. 
A veces, las vuelvo a ver, me las choco, las encuentro, y siguen surgiendo palabras al respecto.
Se improvisa, se entrelazan palabras, como una melodía que nace, junto con la imagen.
Esas son las cadencias, mis cadencias. Lagrima)

El aura rayuela

Rayuela, Oliveira, la Maga.

Capítulo 7, capítulo 62, Capítulo .. Esos derivan siempre en algo. Uno en pasión, amor, regalo. El otro en un libro, otro libro, no en Rayuela, en teorías, en escribir ..

Deriva en muchas cosas. Cada capítulo puede llevarnos hacia otras dimensiones, estados, lugares, personas, sensaciones.

Lo cierto es que, mi primera vez, ¿quien sabe cuando fue?

Leí rayuela muchas veces.

La leí por una amiga que profesó algo así como un estado de frenesí religioso con el libro.

Lo leí a través de ella, de sus citas regaladas, de sus reflexiones, de su agonía por la historia.

Lo leí a través de su mirada.

Un amigo, bueno, un hombre, ambas cosas, que se le asemejaba a Julio Cortázar tanto como Julio se le asemejaba a él -si pudiéramos desprendernos se esa temporalidad lineal impuesta por occidente- me leyó un capítulo en una cocina un tanto pequeña, precaria, suspendidos en el piso, tras la puerta -si alguien entraba distraído quedamos adheridos a la pared de un golpe- pero casi podríamos decir, un escenario símil en que Maga y Olivera se encontraban, o en los que Club se reunía, y etc.

Las preguntas que podrían ir construyéndose son miles: ¿qué nos llevó a la cocina? ¿Qué capítulo? ¿Quien era este sujeto? ¿Fue la primera vez que lo leíste? Ya. Y más.

El punto era que si bien no era la voz de este argentino afrancesado, que tenía muy mala pronunciación del español, era como escucharlo a Julio. Se desarrollaba una inmensidad en ese relato, un tono, una seducción, un tono poco habitual: en definitiva era un Cortázar ... o nuevamente, Córtazar años antes lo había predecido y, de modo que, copiado.


Abrió el libro, leyó el capítulo, levanto la vista y me dijo: "en rayuela ...." y nuevamente, leí rayuela a través de su teoría, un poco literaria, un poco filosófica. Un hombre con una vida no transcripta en una novela, sino un hombre con una vida que es en si misma una novela, y el es el protagonista. Pero no es Oliveira. Por suerte.


Después llegó la amiga que viajo a Paris, y bajo el brazo, llevo un cuaderno donde había apuntado cada rincón, calle, lugar que Cortázar había señalado en el libro. Ella es una artista, ¿cómo podía visitar París, amando ese libro, sin darle una pincela de colores al paseo por la ciudad de las ciudades?

Estuvo la amiga que también, no respondiendo a modas ni estereotipos me miro y entre mate y mate, me dijo "será fantástico, pero a mí no me fascinó ni un poco"

En algún momento de todos estos años, también hubo otros dos hombres que se vincularon y me vincularon de modo directo con lo que ya estaríamos tentados a decir "mundo rayuela".

Uno de ellos, diestro en el arte de los regalos, me regalo para un 6 de octubre, la edición que tanto anhelaba, ésta ya casi fiel amante del "mundo rayuela", junto con Jazzuela ... si.
La música que se escucha por esas páginas, y que sin duda, era la música que escuchaba Cortázar.

Cabe decir que mi frenesí ante tanto fetiche cumplido llegaba al punto del orgasmo más materialista del que pueda ser responsable.

Pero, he aquí, que otro hombre me aclaro que no leería nunca ese libro enroscado; quería vivir algo más simple. No le gustaba el supuesto enrosque de Rayuela.

Me creía demente: creyó que mi presente empalmaba con ese libro, creyó que mi complejidad y falta de claridad en sentimientos y ética de aquellos días eran responsabilidad de Julito.

¿Sería así?

Definitvamente, NO.

Pero, y volviendo al hilo, esas fueron también maneras de leer Rayuela... mil focos para mirar ese libro.

Leí rayuela alguna vez.

Releí rayuela otras tantas y en versiones diferentes, la pensé, critiqué, re-elabore, a partir de las lecturas de otros. Y al día de hoy puedo decir que no se si es el libro o su autor el que me define entre otras tantas lecturas y situaciones.

No se si me enamoré de Julio o de Rayuela, de los personajes, de alguna persona vinculada al libro, del escenario Paris.


Si, creo que hay una aura de Rayuela que a muchos nos atrapa, que a mí me atrapó. Mis 5 días en Paris se definieron –entre tantas sensaciones y artistas- por la búsqueda del aura de Rayuela, mis trayectos impuestos para obligarme a pasar una y otra, y otra y otra vez por el Pont des arts, para buscarlo a Julio, a la Maga y a Oliveira ...
Rememorar el libro, sentirlo, dejarlo ser en mi cuerpo, en la mente, y tal vez, para que me atrape Paris y no me suelte ...
 
así fue


Texto e imagen: Lagrima Luna


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....dos pasiones, un escritor...

....dos pasiones, un escritor...
...Julio...