En la improvisación reside la fuerza. Todos los golpes decisivos habrán de asestarse como sin querer.(1)
Las condiciones, el clima, la brisa, el aire, los oleos, las láminas, los adherentes, los colores, las impresiones, las sensaciones, los estados de ánimo, la neurosis, las ausencias, las presencias, las especialidades, las limitantes propias que todos tenemos. Cortázar decía que si hubiera sido cineasta se hubiera dedicado a cazar crepúsculos, y quien subscribe, osa atrapar nimiedades cotidianas, que trasladadas y puestas en juegos que alternan imágenes, instrumentos y tal vez, palabras, dejan su cotidianidad y dialogan con otros, conocidos, desconocidos.
Que siniestro gabinete de curiosidades aparece allí abajo, donde las zanjas más profundas se hallan reservadas a lo más cotidiano .(2)
El rompecabezas es el espectro que viene en zaga hace tiempo en la cotidianeidad irrumpida por un objeto llegado bien caída la tarde. Un curso de fotografía hecho de mala gana hace años, en que la vida se presentaba bajo el orden de lo establecido. Una pasión no se define por la perfección, se define, primero, por lo que genera en el creador; el posterior, la excelencia, son otros estadios de la cuestión. Hay fotos bien sacadas, y fotos mal sacadas. Es cierto. Pero ¿aceptamos el punctum –lo que punza? Una especie de sutil más-allá-del-campo, como si la imagen lanzase el deseo más allá de lo que ella misma muestra (3).
Se empeñó en ver todos los objetos tan de cerca, que éstos se volvían extraños, y como extraños le decían su secreto (4)
Es algo que fue armándose, entre la vigilia y el sueño. Entre el consciente, y el inconsciente. Entre las determinantes propias de lo que uno mismo espera de ese otro, que es uno, y la libertad que nos permitimos darnos. Tal vez, todo comenzó en el inicio de la lectura de “Correspondencias”. Una amistad que se tejió entre admiración, viajes, exilios, persecución, debates, teorías. Walter Benjamín y Theodor Adorno: Correspondencias 1928-1940, debería haberse titulado “la historia de una amistad en debates”.
Las horas que contienen la forma
han transcurrido en la casa del sueño (5)
El mate ya lavado, sola en una casa que pernocto, pero que no me pertenece. Desde una altura pronunciaba contemplaba la ciudad. Recordaba imbuida de la experiencia personal, cartas nunca escritas, y cartas que jamás recibí. Hubo ahí una constatación, mientras reorientaba mis percepciones del paisaje, de cierta pasión epistolar que podría traducirse en una mordedura en la intimidad de vidas ajenas. Y tenía en mis manos, mi cámara de fotos. Encontré así un detalle en el horizonte, que, mediando la infancia, tenía una fuerza que me llevaba derecho a su sonrisa, sus modos, sus andares.
Marily se colaba en el debate y amistad de dos filósofos que le eran ajenos y distantes, pero se reencontraban en la plenitud y luz de aquella imagen nacida de la más absoluta tarea de memoria académica. Cómo se asociaría en juego más tarde esto, sería una traición al lector transcribir.
Pero allí estaban. Un recuerdo, algunas fotografías, cartas, teorías, debates, papeles, pegamento, tinta. Todo esperando ensamblarse para comunicar. ¿Debía comunicar? No. Necesariamente, no. Pero si, tal vez, incomodar, conmocionar la mirada.
Experimentar el aura de un fenómeno quiere decir investirlo de la capacidad de abrir la mirada / la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)/ tiene que haber algo humano en las cosas que no es fundado por el trabajo (6)
¿Qué? Esto lo transitará cada quien que “experimente” el encuentro con portátil. Cada compartimento, el objeto, conjuntamente, los objetos y cada producción contenida.
En su terminación, la creación
hace renacer al creador(7)
hace renacer al creador(7)
Portátil se presentó en cada dirección como intervención de un colectivo, CERO. Se construyó así -en carácter momentáneo- otro colectivo que se ensambla con el cotidiano propio y con el de CERO. Objeto distante, Portátil se transformó en una producción a la vez que en un diálogo de espacios vacíos o intervenidos, en que este colectivo de “invitados” se predispone a crear, y se encuentran, se conocen, se pierden, se reencuentran, ahí, en el objeto y en el otro, arriba, abajo, del otro lado, o en el otro objeto.
Esto ha sido, para quien suscribe, transitar Portátil.
[Texto: Lagrima Luna]
[Imágenes] Lagrima Luna y Recayente Cuadrado
Notas
(1)Benjamín, Walter. Dirección Única. Ed Alfaguara, Madrid, 1987.
(2)Ibidem
(3)Barthes, Roland. La cámara lúcida. Ed. Paidos, Bs.As, 2009.
(4)Adorno, Theodor. “Walter Benjamín”, en Misceláneas I. Ed Akal, Madrid, 2010.
(5)Benjamín, Walter. Dirección Única. Ed Alfaguara, Madrid, 1987.
(6)Primera y tercera frase de: Benjamín, W, Adorno, T. Correspondencias 1928-1940. Editorial Trotta, Madrid, 1998. Segunda frase: Benjamín, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, en Ensayos Tomo I. Editora Nacional, Madrid, 1992.
(7)Benjamín, Walter. Denkbilder. Epifanías en viajes. Ed El cuenco de plata, Bs. As, 2011.
1 comentario:
interesante todo el contenido del blog
saludos
mariano
Publicar un comentario