[André Gide afirmó en alguna parte que ya todo ha sido dicho,
pero como nadie escucha
hay que volver a empezar. J.C]
[Julio Cortázar tiene críticos que «lamentan» que en sus últimos años diera tanto tiempo a la política, «descuidando» su labor meramente literaria. Es gente desmemoriada, pues como lo demuestra la cita que figura en la contracubierta de este libro, Cortázar hace rato que anunció su desencanto del «arte por el arte». Si fue «ingenuo» en la política, entonces también lo fue en la literatura, y tendremos que volver a pensar en la etimología del término «ingenuo» («nacido libre») y aplicárselo a sabiendas, teniendo en cuenta que Cortázar, nacido libre, vivió, escribió y murió libre. Que es otra manera de afirmar que fue un hombre íntegro, de una sola pieza, cuya vida y cuya obra se ensamblan de manera inextricable, mal que les pese a algunos, como ejemplo luminoso para todos. Los textos de este volumen, como los que aparecen en Nicaragua tan violentamente dulce, son textos políticos. Firmados por Cortázar, no son ni políticos ni literarios: son textos de Cortázar, fieles a una concepción ética de la vida. Y nada más]
Contraportada de "Argentina, Años de alambradas culturales"
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