Despertar un día lunes, luego de unos días de huracanado “seudo-descanso” es, de a ratos, casi profético…
Huracán subjetivo, sensitivo, pero que, retirado, deja un sabor dulce.
La taza que acompaña es la misma, la ventana mira para el mismo sur de hace tantísimos años; un perro que me mira y mueve para ambos lados su cabeza esperando que por estrepitoso milagro algo caiga de mi mano; o sea ella misma (mi mano) -voluntad mediante- quien le otorgue el esperando trozo de pan tostado.
Nada, por ahora, ha cambiado en el entorno cotidiano de los últimos meses, todos están por las mismas sendas, ¿seré yo?
Capaz, el color de los árboles, mezcla de verde y amarillo, junto a los primeros fríos –como bien vale a un otoño que comienza en o y termina o- que me muestran el mundo de lo posible, y me arrancan una sonrisa; capaz la posibilidad de construir una ruta alternativa, sin dirección ni mapas … ¿Qué hay al final? No lo se.
¿Las opciones? Tomarla y sonreír, o, permanecer.
Es terriblemente embriagante sentir que la tónica de los días está en mi pequeña mano –metáfora de “hacer”-, que minutos antes mareaba un café para un lado y para el otro, mientras el resto del cuerpo aún remoloneaba por no querer salir del éxtasis del aún estar dormido…
Puede ser el otoño, o también, el percibir que la unidad rota por el descaro de los sentimientos, vuelve rebalsada de metas. Que palabra de mierda esa, “metas”, no. Futuro, eso es, rebalsada de futuro. ¿Qué hay en el? Ni idea, solo intuyo que he tomado algunas “riendas subjetivas” para que, de aquí en más, sea yo misma quien determine mis estados, sin tantos jueces aleccionando y juzgando. ¿El no percibir? Es peor que el no entender.
Hoy, estoy asquerosamente feliz de lo que he logrado, y de lo mucho que hay por hacer. Tengo pasado, soy presente, y tengo futuro … ¿algo hay en eso para ser?
Tengo historias y procesos por saber, tengo cartas para debatir, tengo libros con los que invitar al viaje; un puñado de seres extraordinarios; tengo un modo de ser, que se mira introspectivamente, y se intenta superar, pero también, autoafirmar… solo me falta “encontrarte” ¿ a quién, a qué? Ja, eso no aún no lo sabemos …
L.L
13 comentarios:
‘Circunstancias’ que vale la pena leer.
Andrea
Hermoso texto. A veces, hay que relegar cuanto sentimos, y recordar cuanto merecemos.
Saludos
alivio en palabras
muy bueno
Santiago
gracias ...
Imbuirse de eso se trata,
un placer leerte.
Conce
Un palcer regresar por tu espacio.
Saludos y un abrazo, Javier
Encantador blog el tuyo.
Hola!
Magnífica manera de decir.
Saludos!
Carmen
es "tu buen tiempo", hermosa la imagen
Ernesto
Tus relatos son proyecciones de vida, se puede concebir cada contenido, me encantan.
Un beso
verdaderamente bueno, conocer y conocernos, me gustó tu expresar
cristian
excelente texto, sin remitente, posible y muchas veces necesario
un beso
gabi
Puramente natural y lucido,
saludos.
Federico
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